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Diseño sustentable: La huella de los objetos

Diseño sustentable: La huella de los objetos

Para entender qué es el diseño sustentable, primero necesitamos entender qué significa el diseño. Aunque a veces no nos demos cuenta, todo lo que está a nuestro alrededor fue diseñado: esta revista, el sillón en donde estamos sentados mientras la leemos, aquella mesa y sillas, el mate y la pava y nuestro celular fueron en algún momento una idea para la cual alguien imaginó una forma y buscó la manera de hacerla realidad.

El diseño como disciplina aborda una necesidad –que puede ser desde algo tan simple como un recipiente para beber, hasta algo tan complejo como una nave espacial– y trabaja sobre la forma y la función buscando posibles soluciones para resolver un problema: un vaso, por ejemplo, puede ser de vidrio o de plástico, con boca redonda o hexagonal. Las posibilidades son infinitas.

Hace no más de 25 años surgió el concepto de “Sustentabilidad”, cuando comenzamos a tomar conciencia de que el modelo de desarrollo económico vigente generaba injusticia social y estaba acabando con nuestro planeta. Frente a este panorama surgió el desarrollo sustentable como un paradigma de acción que nos permite satisfacer nuestras necesidades presentes sin comprometer las necesidades de las generaciones del futuro, y en el cual debemos articular tanto el crecimiento económico, como el desarrollo social y el cuidado ambiental.

Impacto x3

Pero el diseño no es solamente pensar la forma y el color que tendrá un objeto. Lo cierto es que también abarca la selección de los materiales y del proceso de producción de ese objeto, entre muchas otras variables. “Existen numerosos ‘ecoindicadores’, como la huella de carbono y la huella hídrica, que permiten estimar con relativa precisión el impacto de un producto en el medioambiente, tanto desde el punto de vista de su producción como desde su consumo”, explica Pablo Bianchi, diseñador industrial, investigador y docente en la Universidad de Buenos Aires y la Universidad Nacional de Misiones.

Hay que pensar qué pasa cuando el objeto deja de usarse. ¿Se tira? ¿Se puede reciclar? ¿Se degrada? “Un producto de diseño sustentable apunta a reducir su impacto en todas las etapas de su vida, también durante su uso: ¿depende de consumibles? ¿cuánta energía gasta cuando está funcionando?”, agrega Guillermo Canale, Ingeniero especialista en ecodiseño.

Una máquina de generar residuos: la cafetera en cápsulas

Asimismo el carácter sustentable de un objeto involucra también su impacto social: “Claro que hay que considerar los materiales y los procesos, pero también es muy importante cuidar los recursos humanos con los cuales fue desarrollado un objeto. Las personas involucradas en la producción deben ser respetadas incorporando las nociones de responsabilidad social empresarial y comercio justo”, explica Enrique Avogadro, Director del Centro Metropolitano de Diseño de la Ciudad de Buenos Aires.

“Las personas involucradas en la producción deben ser respetadas incorporando las nociones de responsabilidad social empresarial y comercio justo”

Diseño sustentable implica entonces trabajar sobre tres ejes: el económico, el social y el ambiental. Es decir, no sólo tener en cuenta la ecología de las materias primas –que pueden ser desde orgánicas, hasta reutilizadas o reciclables–; también es necesario comprender el factor social de la producción de un objeto: quién lo hace y quién lo usa. En la cadena de valor de una remera, por ejemplo, participan los trabajadores rurales que cosechan el algodón y las costureras que confeccionan la prenda en el taller. Su trabajo merece ser seguro y justo.

¿En qué condiciones se produce tu ropa? Especialmente en la industria textil, muchas veces no se garantizan derechos básicos para los trabajadores.

La vida circular del objeto

Actualmente existen distintas estrategias relacionadas con el diseño sustentable que buscan reducir el impacto de los productos o de algunos de sus componentes desde la etapa de diseño e ingeniería hasta su disposición final.

Quizás una de las más innovadoras y revolucionarias es la que plasmaron Michael Braungart y William McDonough en su libro “De la cuna a la cuna” “From cradle to cradle”-, donde proponen una alternativa al ciclo de vida lineal de los objetos según el capitalismo: “extracción>producción>consumo>descarte”.

Los autores sugieren un cambio de enfoque y apelan a estrategias surgidas de analogías con los procesos naturales, que son cíclicos y no generan ningún desecho ni pérdida. Así plantan las bases de la economía circular, que desde el diseño y la concepción de cualquier producto debe tener en cuenta todas las fases (extracción, procesamiento, utilización, reutilización, reciclaje) de manera que no se generen gastos de energía ni descartes que no sean reutilizables para un nuevo ciclo productivo.

Un esquema que resume el reaprovechamiento de todos los elementos para producir de forma cíclica sin generar residuos

 

Principios de diseño y producción sustentables

El ciclo de cualquier objeto puede re-pensarse desde una mirada sustentable, lo que se necesita es tomar decisiones estratégicas para optimizar y mejorar cada parte de su ciclo de vida: su producción, su uso y su descarte.

Estos son algunos puntos para tener en cuenta para diseñar y producir productos sustentables:

Materiales ‘conscientes’

● Priorizar el uso de materiales de bajo impacto, ya sea naturales, orgánicos, renovables y/o reutilizados.
Ese material que se extrae de fuentes no-renovables, ¿se podrá reemplazar por otro reutilizado y/o renovable?

● Disminuir lo más posible el volumen y peso de los materiales y productos para optimizar los traslados.

Optimizar procesos y uso de recursos

● Optimizar y hacer un uso racional de la energía y el agua durante la producción. Reutilizar el agua de ser posible, y tratar los afluentes contaminados antes de disponerlos.

● Apuntar a tener “cero desecho” (zero waste): procurar minimizar los materiales, y reaprovechar los desperdicios que se generen en la producción como recursos para otros sub-productos.

● Promover el empleo inclusivo incorporando personas de poblaciones vulnerables o en riesgo bajo los principios del comercio justo: otorgar un pago razonable, un lugar de trabajo seguro y plenos derechos a los trabajadores.

● Preferir proveedores responsables en la cadena de valor, que también ellos contemplen criterios de sustentabilidad en sus operaciones.

La distribución es parte del producto

● Reducir al máximo el empaque, y elegir materiales renovables, compostables o fácilmente reciclables. También se puede promover el re-uso del empaque por parte del usuario.

¿Alguna vez te pasó de recibir un producto y que la mayoría sea el envoltorio?

● Diseñar para optimizar la forma en que se apila, para reducir el volumen en cada traslados. Al ahorrar viajes, se ahorran emisiones.

● Optimizar la cadena de distribución y priorizar la utilización de materias primas locales que requieran menos viajes y así disminuir la huella de carbono.

Sustentabilidad en el uso

● Procurar la durabilidad para prolongar de la vida útil del producto, evitar la obsolesencia programada.

● Evitar consumibles de alta rotación (las famosas cafeteras de cápsulas, o los cartuchos de la impresora).

●Repensar el contenido, si nuestro producto es 90% agua, quizás podemos vender la solución concentrada.

Un limpiador concentrado con un envase único. El agua se la agrega el usuario.

● Facilitar el retorno, reemplazo y reciclado de los consumibles inevitables.

● En el caso de productos funcionales o eléctricos, procurar que sean fáciles de reparar, disponibilizar los repuestos y facilitar guías para que el propio usuario pueda repararlo.

● Optimizar el gasto energético que requiere para funcionar (si se trata de algún aparato eléctrico).

● Acercar al usuario sugerencias y recomendaciones para cuidarlo y prolongar su vida útil.

En cuanto al fin del ciclo de vida:

● Contemplar la reutilización o reciclaje del producto final.

 

¿Moda o no moda?

Hoy el ecodiseño está en boga, pero como explica Avogadro, no hay que confundirse: “La sustentabilidad va más allá de una moda, es una necesidad”. Y, si bien el diseño sustentable está haciéndose camino, lamentablemente en la enorme mayoría de las cosas que utilizamos a diario no se consideraron todos estos factores al momento del diseño y la producción; y puede pasar que cuando compramos un objeto ni nos demos cuenta de que estamos contribuyendo con la destrucción de una selva tropical en Etiopía o que el mismo fue producido por niños esclavos en Bangladesh. Aunque suene escalofriante, es importante que conozcamos la realidad para poder elegir cada día más responsablemente.

“La sustentabilidad va más allá de una moda, es una necesidad”. Enrique Avogadro

Las generaciones pasadas vivieron épocas de abundancia: la Revolución Industrial trajo avances tecnológicos y nuevos materiales, la producción en serie democratizó el consumo y trajo el culto a la novedad, la Modernidad nos dio confianza en el desarrollo tecnológico y el progreso infinito. Para hacer frente a esta vorágine de producción y consumo, se desarrolló un sistema de explotación de recursos y de personas, procesos productivos perjudiciales para el ambiente, gastos excesivos de energía y agua, reducción del precio para una economía de gran escala, bienes descartables y consumo por el consumo en sí.

Hoy nuestras generaciones están tomando conciencia de los límites de este modelo y ya no sentimos el mismo optimismo de principios del siglo XX al ver el daño que hemos provocado al planeta. ¿Podemos superar esto? Lo cierto es que es un problema imposible de abordar desde un sólo lado. Los equilibrios son complejos, intervienen variables globales, económicas, políticas y no se pueden pedir soluciones simples para problemas complejos. Se requiere un gran cambio en la cultura del diseño, tanto en la fase proyectual como en la industrial.

La buena noticia es que los sectores productivos están cada vez más atentos a lo que sus clientes buscan, y por suerte, en esta era tenemos múltiples formas de manifestar qué es lo que queremos. La principal y más importante eligiendo responsablemente lo que consumimos. Aprovechar este poder y ponerlo en práctica todas las veces que podamos será nuestra mejor forma de exigir a diseñadores industrias que transparenten sus formas de producción, prioricen materias primas ecológicas y proveedores responsables, mantengan una relación justa con sus empleados, consideren la vida útil de los productos y su disposición final una vez que ya no sirven. Sustentabilidad y diseño, de la mano y de la cuna a la cuna.

Para aprender más sobre el diseño sustentable mirá:

● El film Objectified, sobre nuestra relación con los objetos y, por ende, con las personas que los diseñan www.objectifiedfilm.com.

● La charla de Tim Brown en TED. Un llamado a los diseñadores a pensar en grande.

● La historia de las cosas, el archiconocido video de Annie Leonard sobre el ciclo de vida de bienes y servicios.

Fuente: https://medium.com/dafnu-notas/huella-objetos-eb5084bb16aa

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